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Writer's pictureEdna de Bonilla

Serenidad en Medio de la Tormenta

El cambio es una constante en la vida y sin embargo, nos aferramos a lo que consideramos seguro, predecible, a lo que creemos falsamente que tenemos 'bajo control' en algún momento. Pero, la realidad es que todo está en un proceso de transformación continua y lo mejor talvés será encontrar formas de navegar la vida con la corriente a nuestro favor.


El año 2019 terminó para muchas de nosotras como los años anteriores, con reuniones familiares dando gracias y recordando a los que ya no estaban en la mesa, con los niños destapando sus regalos y con las luces de la esperanza alumbrando nuestros hogares. Poco sabíamos lo que nos esperaba en el nuevo año. Un año de transformación global, 2020 vino a darle vuelta a nuestro mundo. Muchos desafíos, pérdidas, dolor y sufrimiento que seguramente tendrá secuelas que dejarán huellas indelebles en nuestras vidas y las de quienes amamos.



Sin embargo, yo creo que de toda experiencia hay algo que aprender y esos aprendizajes no son inmediatos. Cuando pasamos por una situación complicada muchas veces no comprendemos y nos preguntamos la razón o por qué a nosotros pero casi invariablemente con el tiempo vemos que de lo que parecía tan injusto queda una enseñanza. En estos primeros meses del año, se me ha roto el corazón muchas veces sabiendo que hay muchas personas sufriendo, niños con hambre, madres llorando a sus hijos, etcétera. Pero también he visto con mucho orgullo y agradecimiento que nos estamos volviendo más humanos, más dispuestos a tender una mano para ayudar a desconocidos, hemos utilizado nuestros recursos para el beneficio de otros y así puedo darles decenas de ejemplos de solidaridad y resiliencia.


Cuando una tormenta se acerca, vemos como el cielo se oscurece y el agua del mar cambia de color y se pone turbulenta; todo parece fuera de control y nos crea miedo o preocupación. Sentimos que la tormenta nunca pasará aunque sabemos por experiencia que ese no es el caso. Sin embargo, en medio de la tormenta podemos encontrar paz. Debajo de ese mar lleno de incertidumbre, en el fondo hay una corriente de paz y serenidad.

Lo mismo pasa con nosotras, nuestra mente es como esa parte superficial del mar donde surgen todas los miedos y las preocupaciones y nuestro corazón es el fondo del mar donde hay paz, serenidad y la esperanza de un mundo mejor. Aprendamos a beneficiarnos de nuestra mente y de nuestro corazón y a utilizarlos como herramientas de acuerdo a las necesidades. No podemos usar un martillo para abrir una lata, por ejemplo. Cada herramienta fue hecha para un uso específico. Así, recurramos a nuestro corazón para encontrar la paz interna que nos ayudará a tomar mejores decisiones y a ver las situaciones de forma más realista.


Cultivemos nuestro corazón con prácticas espirituales que nos conecten con la Divinidad. Cualquiera que sea tu deseo, práctica, o religión, te sugiero que hagas tiempo cada día para rezar, encender una vela, arreglar unas flores, meditar, caminar entre los árboles, cuidar tus plantas, cocinar, hacer actos de servicio a otros, practicar yoga, etcétera. Este momento de pausa es ideal para conectar, para re-evaluar y prepararnos para el cambio que energético que ya empezó. Confiemos en que estamos entrando a una era más humana y de mucho amor donde ayudarnos y protegernos serán la norma, donde nos trataremos realmente como hermanas y donde la energía femenina estará jugando el rol más importante en la historia del mundo. ¡Te invito a que seas parte de esta transformación!


Hazte miembro del grupo y comparte en los comentarios tu experiencia. Recuerda que este es un espacio para ti, un espacio para compartir y aprender.


¡Deseo que tu Camino de Vida esté lleno de luz!


Edna


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